Elisa Roldán
Cuándo es el momento de ir a terapia
La frase “ir a terapia” está siendo utilizada bastante últimamente, incluso como manera de insulto. Por lo cual, el hecho de ir a terapia se sigue viendo, en ciertos aspectos, como algo negativo y discriminatorio. Cuando en realidad, es todo lo contario. El ir a terapia es un espacio de conocimiento y crecimiento personal para favorecer múltiples aspectos de nuestras vidas.
Entonces, ¿tengo que esperar que algo horrible me ocurra para ir a terapia?

Pues no necesariamente. Aquí les dejo algunas razones por las cuales puedes considerar ir a terapia.
Te sientes sobrecargadx
El sentirse sobrecargado es muy común últimamente al estar expuestos a diversos factores estresantes. Es por esto, que la búsqueda de un terapeuta para sobrellevar tales situaciones puede ser sumamente útil. La terapia es un proceso que provee herramientas para hacer frente a situaciones y emociones difíciles con la intención de mejorar nuestro bienestar y relaciones interpersonales. Sentirse sobrecargadx puede venir de muchas razones, y cuando nos sentimos así, nos cuesta procesar nuestras emociones y hacer frente a las cosas. Un terapeuta puede ayudarte a identificar los factores internos y externos que contribuyen a la sobrecarga.
Te sientes más irritado de la cuenta
¿Notas que las cosas pequeñas te molestan más? ¿Sientes que tus familiares y amigos se vuelven cada vez más desesperantes? Prestar atención a las cosas que te suceden en el día y fijarte en como tu reacción ha cambiado con los años puede darte respuesta de si es el momento adecuado de ir a terapia. Nota cualquier cambio en tu humor, comportamientos, sueño, relaciones, toma de decisiones, tu relación con la comida, alcohol o drogas, entre otras cosas.
Algunos de estos síntomas pueden hacer referencia a un trastorno mental como la ansiedad o depresión, sin embargo, no es necesario que lleguen a ese grado de intensidad para que la terapia sea útil. En estos casos, la terapia puede ayudar a encontrar la causa de estas reacciones o los patrones que las mantienen. Igualmente, te puede ayudar a encontrar habilidades de afrontamiento y conductas adaptativas.
Te está costando procesar algún evento importante en tu vida
Si sientes que te está costando procesar algo importante en tu vida, puede ser un buen momento para ir a terapia. La terapia puede ayudarte a entender lo que te está sucediendo y encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que sientes. Te permite ayudar a entender tus emociones respecto a la situación que enfrentas y a estar más consciente de tus reacciones. Ayuda a romper esa visión limitada, enfocada solo en un aspecto de la situación para lograr verla de manera más objetiva.
Te presionas con muchas expectativas
Cuando nos ponemos expectativas inalcanzables a nosotros mismos o incluso a los demás, las decepciones son mayores y los esfuerzos parecen ser interminables. Incluso sentimos, que si no nos comportamos de cierta manera, o no entregamos ciertos resultados pues nuestro valor como persona disminuye. Es por ello, que la terapia te enseña a poner límites para establecer una mejor relación con tu desempeño y con los demás. Te demuestra la belleza de las imperfecciones de ser humano y te ayuda a combatir el crítico interior para hacer frente a tus necesidades de manera más eficaz.
Tienes alguna condición física
Es poco común que relacionemos la mente con el cuerpo y veamos cada aspecto como separado. No obstante, esto es todo lo contario, ya que la mente y el cuerpo trabajan juntos. Por lo que muchas enfermedades físicas se exacerban o se mantienen por la presencia de algún problema en nuestra salud mental. El estrés o situaciones traumáticas no resueltas son ejemplos de estos factores. Existen dolores crónicos que están únicamente relacionados a nuestra mente. Por lo cual ir a terapia, te permite trabajar con los pensamientos y las conductas y emociones que vienen detrás de una situación no resuelta que interfiere con tu salud física y por ende mejorando tu calidad de vida.
Quieres trabajar en alguna relación interpersonal
Problemas en las relaciones familiares o de amistades son temas excelentes para explorar en una terapia, ya que te permiten entender las causas de tus patrones de comportamiento y te ofrece formas de relacionarte de una manera más sana y adecuada con los demás. Esto implica trabajar con los límites y las habilidades de comunicación. Estos temas se pueden trabajar de manera individual o grupal en terapia, ya sea con una terapia de parejas o de familia.
Como mencioné al principio, estas solo son algunas razones para empezar a ir a terapia y existen muchas más. No dudes en contactar con algún profesional de la salud mental si sientes que lo necesitas. No lo dejes pasar por alto.