Elisa Roldán
It’s about damn time to understand your emotions
Emociones. Una palabra tan sencilla y tan compleja a la vez. Dentro de nuestro repertorio emocional tenemos muchas emociones tanto agradables como la felicidad, tranquilidad, esperanza y serenidad, como desagradables como la tristeza, el enojo, el miedo y la frustración. Es muy probable que cada vez que surge una emoción desagradable en tu día, busques una distracción con el trabajo, Instagram, dormir, o salir para olvidarte y eliminar la emoción. Sin embargo, esto es completamente contraproducente, pues la emoción no se va y tan pronto termines tu actividad de distracción, ella aparece y aún más intensa.
Entonces, sencillamente, siente tus emociones.

Claro, sentir tus emociones suena más fácil dicho que hecho. Estamos claros que las emociones no se abren y cierra a nuestra disposición. Y que las emociones desagradables son desagradables por algo. Pero, si es cierto que con la práctica cada vez será más fácil de sentirlas y tus reacciones serán mucho más manejables.
Y si aún te preguntas, ¿por qué me voy a poner a sentir mis emociones? Pues porque las emociones son inevitables y todxs las sentimos así que if you can’t beat them, join them.
Las emociones tienen el fin de comunicarnos sobre lo que sucede a nuestro alrededor. Son una reacción frente a una situación. Si no me enojo frente a una causa injusta, pues ¿cómo me defiendo? Si no me pongo nerviosa antes de un examen, pues no estudio lo suficiente.
Una cantidad emocional adecuada nos activa para llevar a cabo una acción. Cuando esta cantidad emocional se desborda pues ya no es útil, y esto suele suceder cuando no quiero sentir.
Desarrollar formas de entender y aceptar nuestras emociones es sumamente importante, sobre todo ahora en épocas tan complicadas e inciertas. Es por ello que aquí les dejo algunos tips de cómo comenzar a entender y aceptar nuestras emociones.
1. Identifica tu emoción
La primera parte de todo este proceso es identificar y ponerle un nombre a lo que estoy sintiendo. En muchas ocasiones nuestro automático suele ser ignorar o incluso juzgar lo que siento. A partir de ahora, eso no será una opción. Para poder nombrar mi emoción, es importante sentirla y notarla en el cuerpo sin juzgarla tipo, “No hace sentido que me sienta así por esto, no es tan importante, no me gusta sentirme así” pues si no la elijo ¿de qué me sirve juzgarla?
Sentirla hace referencia a que identifiquemos las partes de nuestro cuerpo que se activan o se tensan con la presencia de alguna emoción: dolor de cabeza, temblores, taquicardia, nudo en la garganta, presión en el pecho, entre otras. Poder notar estas reacciones del cuerpo nos informan de cual emoción estamos sintiendo. Y una vez que sepamos que nombre ponerle, es momento de cuestionarnos que nos pudo causar esta emoción, siempre con curiosidad y sin juzgar el momento. De esta forma, le vamos dando sentido a lo que nos sucedió.
2. Identifica tus actividades de distracción
Este paso es importante, porque estas actividades son a las que acudimos cuando sentimos algo desagradable que realmente no queremos sentir, y nos evitan de enfrentarnos a las emociones por lo cual cuando dicha actividad se acabe la emoción no desaparecerá, sino que estará incluso más intensa. Poder identificar estas actividades nos permite ser más conscientes de las mismas y evitar caer en ellas como método de distracción. Es importante resaltar que estas actividades son diferentes para cada persona, pero básicamente podemos decir que se refieren a cualquier cosa que hagamos de manera intencionada o inconscientemente para evitar enfrentar nuestras emociones. Algunas de estas actividades son los video juegos, el uso de las redes sociales, el alcohol, las drogas, la comida, pero otras actividades no tan obvias son el trabajo o mantener un horario super ocupado todo el tiempo, o incluso enfocarse en los problemas de los demás constantemente ofreciéndoles ayuda y consejos para evitar los nuestros.
3. Pregúntate que pudiera estar informándote esa emoción
Ahora, en este paso, utilizamos todas las observaciones anteriores para darle respuesta a la visita de esta emoción. Todas las emociones nos ayudan a hacer frente a la situación en la que nos encontramos, es por ello que decimos que nos envían un mensaje de lo que está pasando a nuestro alrededor y de qué pudiéramos necesitar en ese momento.
¿Será que necesito un descanso? ¿Necesito distanciarme de esa persona? ¿Será que me faltaron el respeto? ¿Habrá algún peligro en esta actividad? Estas son algunas de las preguntas que nuestras emociones pudieran respondernos si las notamos.
A estas alturas, seguro han escuchado mucho el “expresa como te sientes, no lo guardes todo dentro”, y la verdad es que tiene mucha razón esto. Es importante que busquemos formas adecuadas de expresar nuestras emociones. Puede ser hablando con un familiar o unx amigx, escribiéndolo en un journal, saliendo a correr o hacer una actividad física, pintando, dándonos un baño, meditando, llorando, gritando en una almohada, entre muchas otras opciones. Lo ideal es que cada persona encuentre su forma de expresar lo que siente de una manera adecuada sin que se acumule todo por dentro.
En fin, recuerda practicar todo lo previamente mencionado que con la práctica cada vez será más fácil entender tus emociones y entenderte a ti mismx. Prueba diferentes opciones de actividades hasta que encuentres la que va más de acorde contigo. Y, si sientes que tus emociones se vuelven muy intensas e incontrolables no dudes en buscar ayuda de un profesional de la salud mental.